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lunes, 28 de mayo de 2007

dorsalgia o dolor dorsal

Dolor, patología y cambios degenerativos en la región dorsal están relacionados con cambios posturales (incluyendo escoliosis y cifosis), afecciones de los órganos internos, función estática y/o dinámica espinal alterada (relacionada con disfunción de los tejidos blandos: ligamentos, músculos y discos vertebrales) y disfunción de las articulaciones costovertebrales facetarias. De manera que los síntomas pueden ser muy variados dependiendo del origen, desde un dolor constante y difuso en la región dorsal hasta un dolor agudo localizado a un lado de la vértebras dorsales que puede irradiarse a lo largo de la costilla, incluso pudiendo dificultar la respiración o movimiento del tronco o cuello.

Vértebras dorsales y su articulación con las costillas

La región dorsal que consta de 12 vértebras dorsales que se articulan con 12 pares de costillas, a pesar de ser la región más larga de la columna es también la menos móvil. La limitación de la flexión es debida a que la altura de los discos intervertebrales dorsales que son de altura un 20-25% de la altura del cuerpo de las vértebras dorsales (la relación más baja de la columna) y por el hecho de que la vértebras dorsales están unidas a la caja torácica limitando la rotación y flexión lateral. Por lo que todo movimiento de las dorsales viene acompañado siempre de movimiento de las costillas. Y es que la función de las dorsales no es la de aportar movilidad sino más bien la de protección de los órganos vitales formando parte de la caja torácica, que podría aguantar hasta 1,200 kilos de presión.

Caja torácica, vista lateral.

Dado que afecciones de las vísceras contenidas en la caja torácica pueden producir patrones de dolor similares a los causados por lesiones musculoesqueléticas, por lo que es necesario descubrir la causa en cada caso y descartar otras causas no asociadas a la columna como angina de pecho, úlceras y problemas gastrointestinales, tumores, fracturas, etc.

Cuando la dorsalgia se produce de forma aguda y es muy intensa, debe motivar una consulta urgente al reumatólogo, pues existen diversas patologías, como por ejemplo los aplastamientos o fracturas vertebrales, que pueden producirla y que requieren un enfoque terapéutico precoz.

En muchas ocasiones, la dorsalgia se mantiene de forma constante y prolongada en el tiempo y se extiende hacia los hombros y zona baja del cuello, ocasionando molestias contínuas que preocupan mucho al paciente y con negatividad de todas las pruebas médicas. En estos casos, lo habitual es que se deba a una contractura muscular.

La contractura muscular consiste en la contracción persistente e involuntaria de un músculo. Puede ser causa o consecuencia del dolor de espalda.

La contractura muscular como causa del dolor de espalda alto

En estos casos, la contractura aparece esencialmente cuando se exige al músculo un trabajo superior al que puede realizar, ya sea intenso y puntual - por ejemplo, un esfuerzo excesivo- o mantenido y menos intenso - por ejemplo, mantener unas horas una postura inadecuada -.

Por otra parte, algunas anomalías de la columna vertebral o desequilibrios de la musculatura favorecen que unos grupos musculares estén trabajando constantemente más de lo necesario, lo que les predispone a contracturarse.

Eso mismo ocurre cuando falta potencia a la musculatura y se le exige que realice esfuerzos que exceden su capacidad. Algunos estudios científicos han demostrado que la musculatura paravertebral es simétrica; la del lado izquierdo y derecho tiende a ser similar con independencia de que el individuo sea diestro o zurdo. En pacientes que han sido operados de la espalda, o que han padecido dolores de espalda de forma crónica, la musculatura paravertebral puede atrofiarse hasta en un 80 por ciento con respecto a la del lado sano, facilitando un reparto asimétrico de las cargas, la sobrecarga muscular o discal y la aparición de nuevos episodios dolorosos.

En ese tipo de situaciones es fundamental hacer el ejercicio adecuado para cada caso específico, con el fin de contrarrestar esa tendencia y evitar la repetición de las crisis.

La contractura muscular causa dolor de espalda por varios mecanismos:

La contractura de un músculo activa directamente los nervios del dolor que están en él, desencadenando dolor de espalda.

Además, el músculo contracturado puede comprimir la arteria, disminuyendo su riego sanguíneo. En esa situación se forma un círculo vicioso, porque el músculo con menos riego tiende a contracturarse más fácilmente y, además, la falta de sangre activa más los nervios del dolor. El estrés o la ansiedad producida por el dolor contínuo, mantiene la contractura y así sucesivamente.

Si esa situación se mantiene un período prolongado o se repite con frecuencia, el músculo se contractura cada vez con mayor facilidad. En esa situación, hacer el ejercicio físico adecuado es fundamental para romper la tendencia.

Debe evitarse la sobremedicación y la realización de pruebas médicas más allá de lo razonable, ofrecer soporte psicológico cognitivo y evitar los movimientos que favorecen el dolor. La inactividad está desaconsejada.

puede consultar la información completa en la página del institut ferran de reumatologia.