jueves, 4 de octubre de 2007
ser o no ser, ésa es la cuestión.
Alicia Esteve comenzó curso en Barcelona días después del 11-S
Ningún compañero la oyó relatar vivencia alguna de los atentados de Nueva York
"Al principio nos lo daba todo. Luego descubrías que lo que ella necesitaba era mucho afecto"
Sufrió un desengaño amoroso y a sus allegados les avanzó su deseo de trabajar en Nueva York
Marta Forn / X. Mas de Xaxàs | Barcelona | 02/10/2007 | Actualizada a las 03:31h
El 19 de septiembre del 2001, una semana después de los atentados contra las Torres Gemelas, Alicia Esteve Head estaba sentada en clase del master en gestión empresarial (MBA) de Esade. No presentaba ninguna herida y tampoco comentó a ningún compañero que hubiera vivido la tragedia de Nueva York. Cómo acabó siendo la presidenta de la asociación de víctimas, que se constituyó unos meses después, sigue siendo un misterio, aunque parece confirmado que hasta junio del 2002 asistió regularmente a clase en Barcelona.
"Defraudadas y traicionadas"
El abogado José Luis de San Pío, padre de la única víctima española del 11-S -Silvia de San Pío, de 26 años y embarazada de siete meses-, considera que el caso provoca que las verdaderas víctimas y sus familiares "se sientan defraudadas y traicionadas". San Pío afirma "sentir pena" de la propia Esteve, de cuya existencia, aseguró, no había sabido nada en los seis años pasados desde los atentados.
Los compañeros de escuela entrevistados por este periódico, así como sus colegas en Hovisa, la empresa en la que trabajó antes de matricularse en Esade, destacan su carácter positivo y emprendedor, aunque, al mismo tiempo, hablan de una persona con complejos, infantil y con afán de protagonismo.
Alicia Esteve Head nació el 31 de julio de 1973. Tiene la nacionalidad española. Según el anuario de la promoción 2002 del MBA de Esade, también fue alumna de la Universidad Europea de Barcelona.
Luego, y gracias a su dominio del inglés, trabajó para Tandem Computers, en Cupertino (California), entre mayo y octubre de 1995.
Entre septiembre de 1996 y abril de 1997 fue asistente del director de una compañía de promociones. En abril de 1997 entró en Hovisa, la empresa que gestionaba el hotel Arts. Allí permaneció hasta julio del 2000. En 1999 fue elegida empleada del año del hotel. Era la asistenta del mánager Takeshi Hironaka. Sus colegas recuerdan que era muy eficaz, "la más preparada del departamento", asegura uno de ellos.
Cursó el máster de Esade entre 2000 y 2002. La lengua de su grupo de estudios era el inglés. De ahí que muchos compañeros hubieran nacido en otros países. A Alicia le gustaba ayudarles a instalarse e integrarse en Barcelona.
Sin embargo, su personalidad, muy envolvente y exigente, según quienes la conocieron, la convertía en una solitaria. Por mucho que se esforzara en ser simpática, tenía pocos amigos. "Tenía liderazgo, era cariñosa y con un montón de energía", asegura Enrique Calvo, que estudió con ella. La mayoría de testimonios son coincidentes. "Se mataba trabajando porque, de alguna manera, sabía que sólo destacaría en lo laboral y lo económico", asegura otro colega.
No tenía problemas de dinero. Al contrario. Era generosa. A un compañero le regaló una cazadora de piel y en una ocasión cerró el bar Mirablau para agasajar a toda la clase. Una colega recuerda que "al principio nos lo daba todo. Luego descubrías que lo que ella necesitaba era mucho afecto. se notaba que su familia tenía mucho dinero pero no le daba afecto".
Su pista se pierde entre 2002 y 2004, cuando reaparece en Nueva York, transformada en Tania Head y como supuesta víctima de los atentados contra las Torres Gemelas. Allí aseguró que había permanecido una semana en el hospital, inconsciente durante cinco días. Al despertar asegura que se enteró de la muerte de su novio Dave en la torre norte del World Trade Center. De ser cierta esta fantasía no hubiera podido estar en Esade en el arranque del curso 2001-2002.
En septiembre del 2001, además, a ninguno de sus amigos y colegas les comentó que había vivido la tragedia del 11-S. La malformación en la mano, que luego atribuyó a una secuela de los atentados, era, en septiembre del 2001, consecuencia de un accidente en un Ferrari. Solía afirmar que pertenecía a la familia Esteve, de Laboratorios Esteve, hecho incierto. También fabuló que Bill Clinton, ya ex presidente, cenó en su casa coincidiendo con su visita a Barcelona.
Fueron historias difíciles de creer como estas las que la dejaron sin apenas amigos. Una compañera de Esade reconoce el vacío que le hicieron y el duro golpe anímico que sufrió cuando fue despedida como delegada de clase, cargo para el que se había esforzado mucho. Tuvo además un desengaño amoroso con un compañero de clase y a sus más allegados les comentó su intención de irse a Nueva York, "porque allí los sueldos son mejores". Sus objetivos profesionales, según el anuario de Esade, estaban en el marketing, la publicidad, la comunicación y la consultoría.
[noticia aparecida en La Vanguardia el pasado 02.10.2007]